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En el episodio anterior, presentamos el libro "Pruebas para la reencarnación: 100 Casos del Pueblo Dong que recuerda vidas pasadas". En él se ofrece un relato exhaustivo del trabajo de Li Changzhen con 100 “reencarnadores” de la zona de Pingyang y de docenas de aldeas rurales de los alrededores. Desde una edad temprana, estos individuos podían recordar vívidamente sus nombres pasados, residencias anteriores, recuerdos de vidas anteriores e incluso las circunstancias de sus muertes. Algunos eran capaces de reunirse con sus familias de vidas pasadas, continuando así sus lazos kármicos. Por todo ello, Pingyang se ha ganado el título de “El pueblo de la reencarnación”. El libro ha estado disponible en Amazon.com y rápidamente ganó atención internacional, particularmente entre aquellos que buscan entender las leyes cósmicas de la reencarnación. Basándose en 100 casos documentados, el autor presenta cuatro cuadros analíticos que detallan: las variaciones de género, la relación entre el reencarnador y sus guías espirituales, el tiempo de espera antes de la reencarnación y las causas de la muerte prematura. Estos datos ofrecen una perspectiva más estructurada del viaje cíclico del alma. Aunque se han documentado casos de reencarnación y recuerdos de vidas pasadas en todo el mundo, las personas que aparecen en este libro son especialmente extraordinarias. No sólo recuerdan sus vidas pasadas, sino también la etapa intermedia entre la muerte y el renacimiento: una visión rara y profunda de los misterios del más allá. Un caso especialmente notable es la misteriosa historia de las hermanas gemelas Wu Shicai y Wu Shihang. En sus vidas pasadas, Wu Shicai era conocida como Shi Boi Sheng, mientras que Wu Shihang se llamaba Yao Boi La. En aquella época, no eran hermanas, sino amigas inseparables del mismo pueblo. Tras soportar duras reprimendas de sus padres, hicieron un desgarrador pacto para acabar juntas con sus vidas consumiendo veneno. Años después, un periodista visitó la casa de Wu Jucong y su esposa en el pueblo de Pingyang para entrevistarlos. La anfitriona recordó una experiencia peculiar: pocos días antes de dar a luz, oyó noticias de dos jóvenes amigas que se habían quitado trágicamente la vida bebiendo pesticida. Durante el parto, tuvo repetidas visiones de dos jóvenes que la seguían dentro de la casa. Cuando por fin dio a luz, descubrió con asombro que había dado a luz a dos gemelas. En aquel momento, no le dio mucha importancia, pero cuando las hermanas crecieron, empezaron a evocar vívidos recuerdos de sus vidas pasadas, describiendo cómo habían consumido el veneno, se habían desplomado en el campo de aceite de té y habían sido enterradas más tarde. El momento más asombroso llegó cuando sus padres de vidas pasadas supieron de ellas y vinieron a visitarlas. Las hermanas los reconocieron al instante y se abalanzaron a sus brazos como si se reencontraran con familiares perdidos. Se aferraron a ellos, reacias a separarse. A medida que llegaban más personas de su anterior barrio, las gemelas relataban numerosas historias de sus vidas pasadas con notable precisión, como si los hechos hubieran ocurrido ayer. Conmovidos por estos recuerdos innegables, sus padres de vidas pasadas las aceptaron como las reencarnaciones de sus hijas y las colmaron de amor. Las hermanas permanecieron profundamente unidas a su familia de vidas pasadas, visitando a menudo su antiguo hogar para pasar tiempo con sus ancianos padres y revivir el calor del amor familiar. El siguiente caso extraordinario de reencarnación es el de Wu Xiangyun. Según su familia, en su vida pasada fue su propio abuelo, Shi Qingzhong, un granjero de la ciudad de Longcheng que falleció en 1999 a causa de cáncer de estómago. Shi Qingzhong tenía una cicatriz en la muñeca izquierda causada por un cuchillo que se clavó mientras cortaba bambú. Sorprendentemente, cuando Xiangyun nació, tenía una marca de nacimiento exactamente en el mismo lugar, parecida a la cicatriz de su vida anterior. Aún más increíble, su abuela, Wei Yuehua -esposa de Shi Qingzhong en su vida pasada- reconoció a su nieto como la reencarnación de su difunto marido. Un incidente especialmente chocante ocurrió cuando Xiangyun tenía sólo dos años. Un día, tras ser regañado y azotado por su madre por portarse mal, rompió a llorar y gritó: "¡Mamá, estás pegando a tu padre! Te traté tan bien en mi vida pasada, ¡y ahora me estás castigando!". Su madre, desconcertada, permaneció escéptica. Sin embargo, Xiangyun continuó nombrando a parientes de su vida pasada -personas de la familia de su abuelo materno- a los que nunca había visto. La revelación más asombrosa llegó cuando mencionó un segundo nombre que Shi Qingzhong había usado una vez. Su abuela, Wei Yuehua, se estremeció profundamente cuando confirmó que su difunto marido tenía, de hecho, un segundo nombre raramente conocido: “Shi An Dou”. A medida que Xiangyun crecía, sus recuerdos de vidas pasadas se hacían aún más vívidos. Recordó sus travesuras infantiles y, en un momento increíble, condujo a su familia montaña arriba para localizar con precisión la tumba de su vida pasada, a pesar de no haber estado nunca allí. La última historia de reencarnación del programa de hoy es la de un joven de la familia Wu, que tenía vívidos recuerdos de vidas pasadas desde muy pequeño. Lo que hizo extraordinario su caso fue su afirmación de que una vez había sido un cerdo blanco. A los dos o tres años, sus inusuales conocimientos empezaron a sorprender a quienes le rodeaban. Siempre que veía a los granjeros recogiendo pienso para cerdos, les advertía: "¡Ese es demasiado amargo! ¡Ese es demasiado picante! Si recogéis demasiado, los cerdos no se lo comerán". Los adultos se reían, desechando sus palabras como meras tonterías infantiles. Sin embargo, el verdadero shock llegó cuando el niño se encontró con un carnicero local llamado Rong. Cada vez que lo veía, huía despavorido. Los aldeanos, curiosos por su miedo, acabaron preguntándole por qué. Fue entonces cuando reveló que, en su vida pasada, había sido un gran cerdo blanco criado en casa de su abuelo. Entonces relató un recuerdo inquietante: un día, el carnicero Rong llegó con un comprador. Presintiendo el peligro, él, que había sido un cerdo en su vida anterior, corrió desesperado colina arriba por detrás de la casa, pero al final lo atraparon, lo sacrificaron y lo vendieron como carne. La revelación dejó atónito al pueblo y pronto todos empezaron a llamarle cariñosamente «Cerdito Blanco». Lo más sorprendente es que, al oír la historia, el carnicero Rong se sintió profundamente conmovido. Abrumado por la culpa, hizo el solemne voto de renunciar para siempre a la carnicería y no volver a quitar una vida. Estas extraordinarias historias nos recuerdan profundamente el interminable ciclo del nacimiento y la muerte, en el que las acciones pasadas determinan el destino futuro. Revelan cómo los lazos kármicos se extienden más allá de las vidas y cómo el sufrimiento de los seres sintientes continúa a menos que uno encuentre la forma de trascenderlo. La Maestra Suprema Ching Hai (vegana) ofreció compasivamente una visión de cómo podemos liberarnos de este ciclo y alcanzar la verdadera libertad. Yo aconsejaría de nuevo: a todos los seguidores budistas, si no eligieron ningún otro método en el budismo para practicar para salvar su alma, entonces deben recitar “Amitābha Buda” todo el tiempo, todo el tiempo. Hasta incluso cuando duerman, coman, sea sólo Su nombre, y Su paisaje. Si es posible, pueden encontrar el sutra. Lo leen para poder visualizar la Tierra del Buda Amitābha, para que cuando mueran, vayan allí. E inmediatamente reconocerán que esa es la Tierra en la que querían nacer, para ser libres para siempre. Puede que estén en un nivel inferior, pero entonces nunca volverán al ciclo de la vida y la muerte, y nunca irán al infierno. Así que, por favor, háganlo. Gracias, Amadísima Maestra, por Tu amoroso recordatorio de una sencilla pero poderosa práctica budista que puede ayudar a las almas a liberarse del samsara y alcanzar la paz eterna. Que esto nos sirva de recordatorio para permanecer humildes y rezar sinceramente a la Maestra iluminada por la liberación de nuestra alma, para que podamos trascender el ciclo de nacimiento y muerte y encontrar la verdadera libertad. Advertencia: Este episodio contiene menciones al suicidio. No fomentamos la autolesión en ninguna de sus formas. Por favor busque apoyo si lo necesita.