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Entonces quizás me pregunten: ¿Por qué deberíamos practicar? ¿Por qué debemos meditar en Dios? Debemos hacerlo, porque de lo contrario sufriríamos demasiado. Además, toda la raza humana sufriría. Desde la antigüedad, nuestro mundo ha sufrido muchas evoluciones, y hoy se ha vuelto más civilizado gracias a muchas personas que siguen las enseñanzas de los Maestros. Cuando un Maestro viene a la Tierra, no sólo los discípulos son elevados y se les muestra sabiduría, sino que toda la humanidad es purificada, elevada a un cierto nivel superior de conciencia. [...]
